Un bailarín puede tener una magnifica formación técnica, ser capaz de asombrar y deleitar al público con su deslumbrante virtuosismo, y sin embargo... falta algo. Ese algo que nos emociona y nos asombra.
Algo que hace que el bailarín no solo este en el escenario, sino que con su sola presencia "llene el escenario" y la sala entera.
La presencia escénica es el claro resultado de un cuerpo despierto y desbloqueado que esta integro en su pensar, sentir y hacer. Un cuerpo dispuesto, atravesado por la emoción y proyectado. Se trata de estar en el escenario y de llenarlo, si al bailarín le falta presencia, el escenario se lo traga.
La presencia escénica es una actitud que pareciera decir "todo lo que soy está aquí", "crezco", "yo soy quien se posesiona del espacio y lo que significa".
Muchas veces esta presencia es innata parte de la personalidad. Pero también puede desarrollarse.
A través de la integración de la motricidad, el pensamiento y la sensación, creamos un cuerpo que dice "todo lo que soy está aquí", un cuerpo que está lleno de contenidos y vivencias y los tiene a flor de piel. La presencia es ni más ni menos, hacer participar todo nuestro ser en lo que hacemos. Ser total y originalmente nosotros mismos.
La improvisación, es muy importante porque es la única forma en que se logra hacer aflorar la personalidad propia, lo que tiene que ver con nuestras experiencias vitales, con nuestra historia emocional. Y para ser creativos, antes debemos encontrar la energía no amaestrada, descartar los modeles impuestos, o sea, desaprender para redescubrirnos.
Improvisación es sinónimo de espontaneidad, es ese hacer voluntario en el que se pierde el límite entre lo consciente y lo inconsciente, sale, se manifiesta, se libera; es el libre surgimiento de la espontaneidad.
Tomado de: http://www.luciernaga-clap.com.ar/articulosrevistas/31_presenciaescenica.htm
Algo que hace que el bailarín no solo este en el escenario, sino que con su sola presencia "llene el escenario" y la sala entera.
La presencia escénica es el claro resultado de un cuerpo despierto y desbloqueado que esta integro en su pensar, sentir y hacer. Un cuerpo dispuesto, atravesado por la emoción y proyectado. Se trata de estar en el escenario y de llenarlo, si al bailarín le falta presencia, el escenario se lo traga.
La presencia escénica es una actitud que pareciera decir "todo lo que soy está aquí", "crezco", "yo soy quien se posesiona del espacio y lo que significa".
Muchas veces esta presencia es innata parte de la personalidad. Pero también puede desarrollarse.
A través de la integración de la motricidad, el pensamiento y la sensación, creamos un cuerpo que dice "todo lo que soy está aquí", un cuerpo que está lleno de contenidos y vivencias y los tiene a flor de piel. La presencia es ni más ni menos, hacer participar todo nuestro ser en lo que hacemos. Ser total y originalmente nosotros mismos.
La improvisación, es muy importante porque es la única forma en que se logra hacer aflorar la personalidad propia, lo que tiene que ver con nuestras experiencias vitales, con nuestra historia emocional. Y para ser creativos, antes debemos encontrar la energía no amaestrada, descartar los modeles impuestos, o sea, desaprender para redescubrirnos.
Improvisación es sinónimo de espontaneidad, es ese hacer voluntario en el que se pierde el límite entre lo consciente y lo inconsciente, sale, se manifiesta, se libera; es el libre surgimiento de la espontaneidad.
Tomado de: http://www.luciernaga-clap.com.ar/articulosrevistas/31_presenciaescenica.htm
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